La corona dental es un tipo de estructura que se coloca sobre un diente dañado, siendo una réplica en tamaño, forma y color del diente original y protegiendo una pieza deteriorada. No obstante, su uso no solo se basa en esta situación, siendo las más frecuentes:
- Proteger obturaciones de gran tamaño cuando hay poca presencia dental.
- Evitar que un diente debilitado se fracture.
- Cubrir un diente que ha perdido color, luce deformado o tiene mal aspecto.
- Cubrir un diente que tiene endodoncia.
- Cubrir un implante dental.
En el mundo de la rehabilitación oral, las coronas dentales son diseñadas de diferentes materiales, dependiendo de su función y estética.
- Coronas de resina: Son una versión económica de las coronas dentales, más su resistencia es mucho menor a la de otro tipo de coronas. Por ello, son usadas como una solución provisional hasta la fabricación de una corona definitiva.
- Corona de cerámica: Una de las coronas más demandadas al momento de recuperar un diente dañado, pues su material imita las piezas dentales naturales, siendo imperceptible a simple vista.
- Corona de zirconio: Corona elaborada con instrumentos de precisión, de un material resistente y de tonalidad blanca, dando un resultado natural y estético a la sonrisa.
Como puedes ver, existe una gran variedad de opciones al momento de recuperar un diente deteriorado.
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